Esencial

Pierdo el hilo de mis pensamientos si eres tú quien los enhebra  y el momento de quedarme tal vez para siempre, en esta tregua. Que contigo en la misma mesa, o ciudad, o continente, es imposible concentrarme en cualquier otra cosa que no sea esa comisura encerrada en promesas, o esa mirada asomando entre mis rejas. Yo lo intento, lo prometo, no seguirte, no pensarte, pero las adicciones no se superan de un día para otro, quizá bajando la dosis poco a poco sería menos complicado olvidarte. Pero es que cuanto más te escribo entre mis líneas, más acierto al pensar que aún no quiero rehabilitarme, que me quedan un par de ases en la manga para atraerte hacia mi jugada maestra. Empecemos por algo fácil, en esto sabemos recrearnos los dos: deja las políticas correctas por un momento, y seremos más que incorrectos por una noche. A ver si de una vez entiendes que hace tiempo que esto se nos fue de las manos y que como querría  Antoine de Saint-Exupéry, eres invisible a mis ojos, porque para mí eres esencial.