Os contaré una historia acaecida en un lugar mágico, allí donde viven las hadas,
ninfas y duendes, allí donde ni el día ni la noche acontece sin más; allí donde sólo con
pensarlos, los sueños se hacen realidad.
Dulces ángeles protectores se ocupan de estos
menesteres sin cesar, hasta ver todos los deseos hechos realidad.
Es la historia de alguien que allí vivía pero que en nada creía, ni conocimiento de
estos mágicos seres tenía. Aunque muchas fueron las ocasiones en que maravillosas
historias oyó contar, nunca creyó que eran de verdad. Muchos de los que allí residían
todos sus sueños conseguían y pensó que esa dicha él nunca podría deleitar. Así pasaron
los años y como nada pedía nada recibía, hasta que un día durmiendo alguien un
mensaje de amor le dio:
“Mi nombre es Skarabel y a ti te vengo a llamar; toda una vida llevo esperando a
que con fe te dispongas a soñar. Bien sé que quieres algo más que ver al sol, día tras
día, saludar a la luna cuando se va, mas no sabré lo que deseas de la vida disfrutar, si
no despiertas a esta divina realidad. Debes saber que mirando al cielo todo se te
cumplirá, pero primero me lo tendrás que contar”.
... y entonces una dulce campanilla le hizo despertar, abrió los ojos humedecidos
por lágrimas de ansiada paz. A su ángel de la guarda todo se lo quiso contar, y comenzó
por primera vez a soñar.